Olmedo La granja AGM controlará demóticamente las condiciones ambientales de sus animales

CALLEJA (Mundo Agrario)

Lograr reducir el nivel de estrés de los animales, mediante el «control» de las condiciones ambientales de la granja. Ese es el objetivo de Alberto García Torés, ganadero de ovino de Olmedo (Valladolid), inmerso en todo momento en proyectos de innovación, siempre buscando el bienestar de su rebaño y, como consecuencia, un aumento de la productividad.

Alberto está trabajando actualmente en la instalación de un sistema robotizado, que se podrá visionar a través del móvil y de una pantalla táctil instalada en cada nave, para controlar en todo momento los niveles de temperatura, la carga de amoniaco y la humedad que hay en la granja. Todo ello, a través de un sistema «parametrizado» de sondas, que detectará cuál es la situación en cada momento para propiciar los mayores niveles de bienestar y calidad posible a los animales.

Este ganadero ha implantado un sistema nebulizador para la desinfección de la granja, que ya funciona en las tres naves, y ahora está instalando ventanas, que se abrirán y cerrarán automáticamente, creando espacios herméticamente cerrados, y refrigerados.

Se trata de presentar unas condiciones de habitabilidad similares a las que ya existen en granjas de otros sectores como el cunícola o el porcino, entre otros, pero que, no se habían trasladado aún al ovino.

Alberto mantiene, en este sentido, que cuando el ambiente está controlado, «sube la producción y disminuyen los problemas, con el consiguiente ahorro en medicamentos».

De esta forma, pretende que los animales cuenten con un ambiente y con una temperatura óptima para que no ésta no afecte a la producción y a la calidad de la leche. En este sentido, recuerda que se producen muertes en las parideras cuando los animales nacen por la noche, debido al frío. La idea es que cada nave tenga la temperatura necesaria, de acuerdo con sus características, con algún grado más en la sala de lactancia.

Su granja contará con un sistema de refrigeración y con calefacción, cuyos ventiladores se pondrán en marcha siempre que los niveles ambientales así lo exijan.

La intención de este ganadero vallisoletano es que la instalación completa culmine antes de final de año. Después, afirma, «habrá que dar una vuelta de tuerca más para que los animales estén mejor». No tiene ninguna duda, de que esta importante inversión redundará en la explotación. «Todo lo invertido mejora la calidad de los animales, lo recuperamos en la producción y en la disminución de problemas». Aun así, lamenta la falta de apoyo institucional y la «inexistencia de ayudas». La granja AGM prevé producir en 2015 unos 500.000 litros de leche, «subimos entre 30.000 y 40.000 litros cada año», afirma.

Pin It on Pinterest

Share This